lunes, 30 de enero de 2017

El silencio

El silencio

Era una noche común de noviembre supongo, el crudo invierno desértico aun no hacia su llegada, pero sus pasos se sentían cada vez más cerca, encobijaba a cualquier persona que no tenía obligación de salir por las calles entre semana, a no ser que tuviera que visitar el supermercado más cercano por víveres o chucherías, como yo las llamo, para disfrutar de alguna película o su serie favorita en alguna plataforma de internet que tanto se están usando, o estar trabajando para poder comprar esos víveres y chucherias. Pero él había recibido la invitación de una compañera de trabajo para pasar un buen rato, relajar los nervios haciendo que sus receptores cannabinoides y el THC se adhirieran en un uno solo levantando su dopamina hasta las nubes, todo esto por medio del natural arte del inhalar, retener y exhalar el humo de un cigarrillo de contenido herbatico muy verde y polémico. ¿valdría la pena salir de la comodidad de su hogar, conducir durante 20 o 30 minutos en un rudo tráfico y soportar el frío? ni siquiera pensar en el regreso bajo los efectos ya mencionados. se preguntó una y otra vez si sería buena idea, pero finalmente convencido por algún tipo de ocio y la curiosidad lo llevo a montarse en su auto con la mejor selección de música que pudo encontrar a la mano, un disco de rap de un grupo local poco conocido con canciones muy explicitas sobre lo que estaba mal con el gobierno, la sociedad y la mejor manera de enfiestarse, sus canciones eran contrastante y él lo sabía pero no le importaba siempre y cuando alejara a sus oídos del bullicioso enojo de los conductores frustrados de fórmula 1  que estaban destinados a refunfuñar en cada semáforo en rojo y a tocar el claxon en perfecta coordinación con el cambio de luz de stop a verde. 21 minutos, música urbana local y un cigarro fue lo que necesitó para poder llegar a su destino y observar una colonia de fraccionamientos donde algunos lucían muy elegantes, pero la mayoría de un nivel socio económico promedio, con algunos comercios de comida ubicados en sus calles y cerca de parques. La casa que visitaría era en una privada como habíamos dicho de una clase social promedio. Al estacionar fuera de la casa, ubicada por la presencia de la dueña frente a ella, bajo con calma y seriedad, sentimientos que luego cambio por algo de timidez y una pisca de sorpresa pues estaba en aquella casa una mujer joven que nunca había visto, tenía una mirada serena y quieta, una voz clara y con tono uniforme sin alteración alguna por el frío o amabilidad que algunos muestran cuando se presentan, el tocar su mano fue acariciar un prado nevado, tan suave y al mismo tiempo tan frío. Durante los próximos minutos el tiempo paso de manera distinta, el THC invadía sus conexiones nerviosas y aquella mujer se hacía cada vez más bella, ¿cómo puede ser posible esto? ¿Es que acaso su belleza no dejara de aumentar? Sus labios no se movían, pero la melodía de su presencia endulzo sus oídos, los volvió sordos a la plática incesante de su compañera de trabajo, quien creo un minuto de espacio entre ellos, al momento que su cuerpo y el frío hicieron florecer una necesidad básica en el humano, el baño. Al encontrarse solos frente a frente se escuchó un tremendo silencio, las miradas no hablaban, pues se repelían como polos similares en los neutrones, las palabras se las trago el abismo de silencio que había entre los dos.
 De pronto, a causa de un milagro de la química en el cerebro de él, los cannabinoides receptores le hicieron corto de alguna manera en su sistema nervioso, su polaridad cambio, ya no eran polos iguales, ahora eran opuestos y como lo demandan las leyes de la física, sus miradas se atrajeron la una a la otra, y dentro de un minuto eterno de escuchar el viento entre sus cabellos salieron un par de palabras del interior de él: “Que silencio tan incómodo”, palabras que lograron algo que parecía ser imposible, hacerla ver más bella, pues ella sonrió lanzando una mirada que se clavaría en su corazón por siempre. No podía creer que aquello y un tacto en el hombro hayan dado el paso inicial a una tremenda historia de amor como él nunca imaginaria.


J.Y.